Cuantas flechas seguimos,
las de salida,
resultan ser la llegada
a algun lugar,
otro espacio, un sentido.
Diferentes direcciones,
siempre uno mismo,
surtido de caminos
posibles de transitar,
cuantos nos dirigen
hacia esa luz,
hermosa iluminacion sagrada.
Sabiduria universal,
calidez de máxima expresion,
nuestro confortable hogar,
nuestro propio lugar.
Esa pertenencia vital,
profunda, sensible y humana.
Ese abrigo, necesario en momentos frios,
ese alimento tan basico y nutritivo.
La dirección hacia lo sentimientos,
siempre nos traslada y despierta
lo mejor de nosotros,
aunque por momentos
quede a la intemperie nuestra carne,
nuestra piel puede llegar a correrse,
es algo que no debe pasar,
es el camino, virtuoso
nuestros mundos profundos
tan oscuros, pero con promesa de luz.
Una iluminacion eterna...
prender nuestra llama es posible,
y muy necesaria,
ademas nunca olvidar
que tambien se debe alimentar.
Solo hay que seguir nuestra flecha,
o tal vez, ella nos atraviese
ese día tambien puede llegar.
Flechas vengan a mi....
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