volver a ser igual,
nuestros momentos mágicos,
pura intimidad,
solo vos y yo.
Dulce néctar vibrador,
placer sublime y moderno,
mi alma te recuerda,
mi cuerpo te reclama.
Tu muerte era anunciada,
para comenzar, algo debe terminar
y mi camino tenía que continuar,
aunque en mi memoria
siempre tendrás tu lugar.
Tu enormidad, en mi pequeñez,
marca dejó, y despertó ese
mundo de sensaciones,
placeres vitales,
esas necesidades tan humanas
y solo debía recordar...
Hay, cual habrá sido
tu destino final.
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